25 AÑOS DE HISTORIA, RESISTENCIA Y DEFENSA DE LA HOJA DE COCA
De los pueblos indígenas para Colombia y el mundo.
El pueblo indígena Nasa ubicado en el suroccidente de Colombia, es un pueblo milenario de arraigadas costumbres y tradiciones, que expresa respeto profundo por la madre tierra (uma kiwe) y conserva el equilibrio cósmico de su espacio vital mediante sus prácticas ancestrales, su pensamiento y su cosmovisión.
El cultivo y consumo de la hoja de coca, con fines medicinales y rituales, hace parte de nuestro núcleo esencial y es condición de existencia e identidad cultural, va desde lo ritual y sagrado a los usos cotidianos como medicina y alimento. Las hojas de coca se han utilizado en la alimentación desde tiempos inmemoriales, sin registrar ningún efecto nocivo para la salud, por el contrario, sus efectos y propiedades confirman su valor nutritivo y medicinal.
Hace más de 20 años, desde el corazón del territorio que habitamos, surge la necesidad de dar a conocer las bondades de la hoja de coca, de contar nuestra historia y enfrentarnos a un imaginario negativo construido alrededor de la sagrada hoja, emprender un camino de encuentro de culturas, con la pregunta de cómo hacerlo en un país azotado por el narcotráfico, en un contexto que ha satanizado la planta y ha subestimado sus posibilidades productivas y beneficios.
Desde el Resguardo Indígena de Calderas, Fabiola Piñacué, mujer y líder Nasa, emprendió a principios de los años 90 el largo camino a la reivindicación de la Coca como planta sagrada, con la propuesta de crear una empresa de productos derivados de la hoja de Coca, para aportar al fortalecimiento de economías propias, autogestionadas y sustentables.
Todo comenzó con la venta de aromática de coca en un termo que Fabiola llevaba a la Universidad Javeriana en Bogotá, donde cursaba la carrera de Ciencia Política. Fue este el escenario ideal para empezar a contar la historia del pueblo Nasa y su relación con la Hoja de coca.
Unos años después en 1998 empezó el camino de lo que sería Coca Nasa como proyecto de paz y como empresa indígena, se empacaron las primeras hojas de coca en un frasco, las cuales estaban destinadas a ser vendidas para infusiones y mambeo; la acogida fue inmediata, a pesar de la estigmatización que recaía sobre los cultivos de Coca, la sociedad estaba preparada para escuchar la historia no oficial y así comenzó la campaña de resignificación de nuestra planta sagrada.
Llegado el año 2002 se hace constancia en el Diario Oficial 45.029 de que se expide el registro de las Aromáticas y se consigna el permiso para el uso de la hoja de coca. ¡Dimos un paso firme hacia adelante con nuestro proyecto!
Posteriormente, nos propusimos impulsar toda una línea alimenticia y cosmética cuyo ingrediente fundamental era y sigue siendo nuestra sagrada hoja. Conseguimos los permisos y registros en concertación con las autoridades sanitarias correspondientes y esta resolución también fue publicada en el Diario Oficial 45.854 de 2005. Entre estos productos figuraban nuestra bebida hidratante Coca Sek, alimentos de panadería, el gel de uso tópico, Coca Cure, el vino que lleva por nombre Coca Beka, la pasta dental y el jabón.
Pero no todo ha sido color de rosa, en el año 2006 nos vimos en la mira de uno de las mas importantes multinacionales: The Coca-Cola Company. Esta multinacional interpuso una demanda contra nosotros a raíz de nuestra bebida energizante Coca Sek, en la cual reclamaban los derechos de propiedad sobre la palabra Coca, no prosperó, nuestra defensa se centró en exigir el reconocimiento de los derechos colectivos sobre la hoja de coca y así fue declarado.
Otro suceso, que hace parte de nuestro camino de más de 25 años, se desarrolla en el año 2010, Fabiola es arrestada en Neiva por transportar unos bultos de hoja de coca tostada. Todo se resolvió en que la Hoja debía ser entregada de vuelta a su dueña y que habrían de dejarla en libertad, pues no estaba incurriendo en delito alguno. La hoja de Coca tostada no sirve como insumo para fabricar clorhidrato de cocaína, solo sirve como medicina y alimento.
Ese mismo año la Dirección Nacional de Estupefacientes financió y lanzó la campaña publicitaria: La coca, la marihuana y la amapola matan… no cultives la mata que mata. Esta ofensiva publicidad nos motivó a interponer una acción de tutela que concluyó en que la Corte Suprema de Justicia ordenara sacar del aire dicha propaganda.
Con todas estas anécdotas e historias encontramos que la mejor manera de dignificar la hoja de coca y presentarla en diferentes espacios era a través de productos de consumo cotidiano: aromática, galletas, gaseosas, etc. Por esta razón, cada producto COCA NASA narra la experiencia y las luchas de nuestra iniciativa en la consolidación de la paz, de los pueblos indígenas, en la Colombia posterior al conflicto, y mantiene un único objetivo: desvirtuar las mentiras contadas al mundo y que llevaron a la satanización de la planta al mostrarla como una droga; recuperar sus usos tradicionales demostrando los beneficios alimenticios y medicinales, a través de un proceso productivo sostenible autónomo que se consolida a su vez como proyecto de paz.
Nos presentamos al mundo como un proyecto productivo que le apuesta a la paz desde el reconocimiento de nuestra existencia como pueblo que tiene sus propias formas organizativas y con un propósito fundamental: reivindicar el uso tradicional de la planta, y frenar los impactos negativos que los grupos ilegales y narcotraficantes han generado a nuestro pueblo al desnaturalizar los cultivos de Coca e instrumentalizar para los fines de la guerra.
En este largo camino recorrido, COCA NASA ha explorado las posibilidades productivas, elaborando desde aromáticas, producto a partir del cual se muestra al mundo occidental que la hoja de coca es un alimento tradicional con muchos beneficios para mejorar la calidad de vida del hombre moderno, hasta la Coca Sek, bebida energizante con gran acogida en el público joven. De esta manera le damos vida a nuestro lema: UNA HOJA PARA LA PAZ, UNA HOJA MENOS PARA LA GUERRA